martes, 23 de diciembre de 2025
TEORÍA DE LA CIGÜEÑA
Cientos de cigüeñas al costado de la ruta, en las cercanías de charcos
provocados por sucesivas lluvias. También garzas blancas y otras aves, pero la
cantidad de cigüeñas me llamó la atención, nunca había visto tantas. “Cigüeñas
desocupadas”, pensé. Al ritmo en que desciende la tasa de natalidad, las tipas
no hacen otra cosa que engordar por esas interminables planicies verdes de la
provincia, comiendo sapos, ranas, pececitos, insectos. No tienen que andar
llevando bebés (lo cual las requiere flacas para entrar por las chimeneas), ni
haciendo miles de kilómetros de vuelo a París. Las tipas muy orondas viendo
pasar los micros de larga distancia por la ruta 3, apenas levantan la cabeza con
su enorme pico y siguen en lo suyo. Están complotadas en la extinción de la
humanidad, y no sin motivos. Deben percibir que el ser humano está cada vez más
estúpido.
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¡Que se extingan los humanos pero no las cigüeñas!
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