martes, 19 de agosto de 2025
CICLOGÉNESIS
lunes, 21 de abril de 2025
MURIÓ BERGOGLIO PAPA
Esto escribí en 2018, en el aniversario del papado de Francisco y lo publiqué en un perfil de Facebook. Lo comparto aquí antes de que me lo censuren allí.
Ya saben, soy una mona y por lo tanto, asocial, atea, en fin... Pero recuerdo que en 2013, a ocho días de la muerte de Hugo Chávez, los cardenales del mundo eligieron a Jorge Bergoglio como papa de la cristiandad católica. Mi desazón fue enorme porque relacioné ambos hechos (y sí, soy la mona que piensa) y tuve el convencimiento de que se venía, especialmente para Latinoamérica, un siniestro vuelco a la derecha, si me permiten el oxímorom. Aquí la derecha celebró tener un papa argentino, para muchos seguía siendo Bergoglio, asociado a la cúpula de la iglesia que colaboró con la dictadura cívico militar eclesiástica, investigado y denunciado por Horacio Verbitsky. Poco tiempo después se dio vuelta la taba y muchas personas progresistas empezaron a reivindicar al nuevo Bergoglio devenido Francisco, el papa peronista, revolucionario, progresista. Otro oxímorom, católico y revolucionario, no me jodan, la institución más retrógrada de la historia mundial necesitaba una lavadita de cara y bueno, Francisco estaba en eso. Así que, por estas latitudes, criticarlo se volvió complicado. ¿Cómo te vas a tirar contra el papa si estuvo dos horas sonriente con Cristina y veinte minutos con cara de culo con Macri? Por supuesto, la derecha comenzó a odiarlo y a desprestigiarlo, remarcando su condición de "peronista" y su amistad con ciertos representantes del "campo popular".
Ahora que el gobierno de Macri (sin importarle un ápice la vida de las mujeres pobres, ni la salud pública, ni nada que tenga que ver con los aspectos humanos y sociales de la despenalización del aborto, ni con el feminismo, ventila un proyecto de ley, y que alguno de sus funcionarios cuestiona los abultadísimos sueldos de los obispos, cosa que los ateos siempre hicimos, además de proponer la abolición del Art. 2 de la Constitución Nacional -El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano- y la apostasía colectiva como forma de reducir los subsidios que la IC recibe del Estado), digo, en este contexto, y en respuesta al saludo de felicitación de parte de Macri, Panchito nos manda una carta conciliadora y pide perdón por algunos gestos suyos que puedan haber ofendido (al poder, entiéndase, no seamos ingenuos, al poder al que por naturaleza pertenece la iglesia que representa, del que no le conviene diferenciarse, mucho menos, combatirlo "revolucionariamente" cual Che Guevara consagrado) Me gustaría saber qué opinan los compañeros y compañeras que se volvieron papistas.
Hoy, 2025, como atea y apóstata sigo pensando que la Iglesia católica y los dogmas que sostiene son lo más retrógrada que puede existir, no hay papas buenos, y los curas de la "opción por los pobres", puede ser que hagan alguna obra buena, pero mantienen el statu quo.
jueves, 6 de febrero de 2025
MISCELÁNEAS ESDRÚJULAS
PÁRAMO
Cuando ellos lleguen desde las
estrellas y posen sus naves en este campo, nada encontrarán. Unas totoras secas
sobre la greda de lo que fue la laguna; plástico inerte, alguna herradura
carcomida por el óxido, huesitos tristes. Silencio de pájaros, vacío de nidos.
SUBTERRÁNEO
¡Por fin llegamos a la estación Carlos Pellegrini! Aquí se baja la mayoría, hace un calor de locos y mucho mal humor.
El pibe del sombrero de pana con una pluma fucsia parece una cigüeña con ese pescuezo largo, o una jirafa. No, más bien un personaje de un cuadro de Modigliani. Es un joven viejo, anacrónico, con ese atavío pasado de moda. Y viejo malhumorado, porque viene peleándose con otro pasajero, dice que lo empuja cada vez que baja y sube gente en las estaciones. Ahora el otro, con toda intención, le dio un codazo que casi lo tira al suelo, y el flaco de sombrero chilló de lo lindo. Se abalanzó sobre un asiento vacío. Bajé pero no pude olvidar su aspecto, un tipo así, con esa pluma fucsia en el sombrero llama la atención. Más tarde me lo crucé en un bar, y otro bicho raro como él le decía: “Tenés que ponerte una rosa en el ojal”. “No, mejor un clavel” respondió el flaco. Cuando pasó a mi lado me empujó porque sí. Un chiflado.





