sábado, 30 de abril de 2022

CÓMO HACERTE SABER (QUE NO LO ESCRIBIÓ) MARIO BENEDETTI

 

Cómo hacerte saber (que no lo escribió) Mario Benedetti

Hace unos años un contacto de Facebook publicó un pseudo poema atribuido a Mario Benedetti, poeta uruguayo al que, leyendo un poco, se le conoce su estilo desenfadado, a veces cínico, otras veces tierno, pero nunca berreta. Por discreción, a esa señora le mandé un mensaje privado (para no arruinar su publicación ni invadir su “muro”) diciéndole con la mayor delicadeza posible, e intentando no ser pedante, que ese texto nunca podría haber sido escrito por el gran poeta uruguayo. Como respuesta, la muy imbécil –se debe pronunciar imbécil acentuando y prolongando la letra E para enfatizar el desprecio y la indignación- me eliminó de sus contactos y me bloqueó. Perdí la batalla. Hoy veo que proliferan grupos con nombres tales como “Benedetti. Frases y poemas”, “Frases y reflexiones de Mario Benedetti”, entre otros, dedicados a difundir esos textos que vaya a saber quién escribió pero siente vergüenza de firmar, entonces se los achaca al pobre viejo finado. Y lo peor es que hay toda una caterva de imbéciles (pronunciar como ya se dijo) que no se toman el trabajo de verificar la autoría del texto en cuestión, y replican “compartiendo” en sus muros, y encima dicen “les comparto”. Incluidos estudiantes de Letras.

Otro tanto sucede con Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y José Saramago, por ejemplo. Con Borges lo intentaron, circuló mucho tiempo una berretada que hablaba de no lavarse los dientes y andar descalzo para “haber sido” más feliz, pero ya es imposible seguir engañando a incautos.

Hace muchos años, cuando Gabriel García Márquez vivía aun, le preguntaron en un reportaje por un panfleto propio de la literatura de autoayuda que circulaba con su firma, y respondió que si él hubiera escrito tal cosa se moriría de la vergüenza.

A Saramago, que fue un ateo militante hasta los casi 90 años en que murió, le atribuyen un escrito que afirma que los hijos son propiedad de Dios, o algo por el estilo. Por suerte la Fundación José Saramago salió a aclararlo.

Me pregunto si no hay elementos legales para demandar a estos delincuentes cibernéticos que se dedican a esta actividad tan denigrante. Si yo fuera heredera de Mario Benedetti no les daría tregua. Y a quienes replican y difunden así, alegremente, déjenme decirles, de parte de don Mario: Váyanse a la mierda.