Cumpleaños de Silvio Rodríguez y recuerdo para una ex amiga
Hoy cumple 78 años Silvio Rodríguez, quien musicalizó y
poetizó gran parte de mi vida de idealista de la Revolución (cubana y
latinoamericana), demasiado idealista porque nunca me entreveré en lo pedestre
de la política, en la parte sucia, de rosca y trenza, y negociaciones de esas
que implican “tragar sapos”, como decía Perón. No tuve ese talento (como tantos
otros)
En 1992 Silvio dio dos recitales en Buenos Aires, uno tal vez
en junio, en el teatro Ópera. El segundo fue en el estadio de Vélez, en noviembre.
Al primero fui con mi amiga Delia L., las dos solas. Al segundo, con ella, su
hermana y su cuñada. Teníamos las entradas numeradas en una platea frente al escenario,
pero cuando llegamos nuestros lugares ya estaban ocupados. Reclamamos a las
personas que habían aposentado sus traseros allí, pero era como si le
habláramos a una pared, me pareció inconcebible esa capacidad de fingir que no
escuchaban ni veían a las cuatro mujeres que protestábamos ante sus narices. Entonces
mi amiga, que tenía mucho carácter y dotes histriónicas, además de, dato muy
importante para la época, un celular de esos que parecían una mancuerna para
hacer ejercicios, me pidió que la acompañara a hablar con los organizadores del
evento (francamente no recuerdo quiénes eran). Tuvimos que bajar varios niveles
y como en un subsuelo del estadio encontramos a alguien ante quien Delia expuso
la queja. Al principio el tipo se hizo el desentendido y arguyó que no podía
hacer nada, que lamentaba, pero que nos buscáramos otra ubicación. Entonces
ella subió el tono, y con total desparpajo le dijo: “¿Usted sabe quién soy yo?”,
mientras blandía su exagerado celular. “¡Yo soy Delia L.!”. El tipo abrió los
ojos como huevos fritos y seguramente habrá pensado, “esta es diputada, o
funcionaria, o vaya a saber qué personaje importante”. Entonces cambió totalmente
su actitud. Inmediatamente ofreció devolvernos el importe de las entradas, lo
que aceptamos inmediatamente. Y cuando ya estaba empezando el recital de Silvio
nos ubicamos como pudimos entre las gradas y nos quedamos hasta el final.
Luego, con la platita devuelta nos fuimos a cenar a una parrilla por Liniers y
la pasamos de lo mejor. El párrafo “¿Usted sabe quién soy yo? ¡Yo soy Delia L.!”
quedó para siempre en la familia, y cada vez que había algún problema en un
comercio, en la calle con el tránsito, hacíamos la broma de invocarlo para
resolver la cuestión.
Lamentablemente, hace muchos años dejamos de ser amigas por
un incidente desgraciado: mi perra mordió a su niño de cinco años en ese
momento. Ella pretendía que yo sacrificara al animal, que nunca había mordido a
nadie, ni tenía rabia, ni se justificaba semejante medida, pero ella decidió
romper relaciones después de casi veinte años de amistad. Dejamos de vernos, y
supe, promediando la pandemia de Covid, que había sido una de sus víctimas,
hace dos o tres años.
Elijo esta bella canción, para mí una de las más inspiradas
de Silvio, para homenajearlo a él por su cumpleaños y para recordar a aquella
loca linda que fue mi amiga.
La gota de rocío
https://www.youtube.com/watch?v=pwbGeYgubG0
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