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lunes, 23 de mayo de 2011

TRILOGÍA ERÓTICA

SEGUNDA OPORTUNIDAD (Abril)

Él dijo, contemplando a la mujer semidesnuda a la que en instantes conocería en el sentido bíblico: Este es un sueño que se me cumple. Hace mucho tiempo que espero este momento.
Se dieron el uno al otro, morosamente, con tropiezos, mas luego con destreza, se gozaron. Pero ella no creyó estar a la altura de los sueños de ese hombre, y temprano por la mañana lo abandonó. Se alejó de puntillas para no despertarlo, para evitar que la retuviera.

Cuando la volvió a encontrar, de nada valieron los ruegos. Dolido, no en su orgullo pero sí en su amor, no tuvo más remedio que aceptar. Ella ni siquiera pudo, ni quiso justificar su cobardía: se parapetó en un no sin razones.

Creyeron seguir siendo amigos. Cierto atravesado día de invierno, un teléfono que funcionaba mal los separó por cinco años. Dejaron de verse y cada uno siguió su camino, cruzándose con otros hombres ella, con otras mujeres él.

Otro día de un luminoso verano se reencontraron.
En su segunda primera noche de amor, él dijo:
Éste es un sueño que se me cumple. Hace mucho tiempo que espero este momento.
Ella agradeció íntimamente esta nueva oportunidad. Esta vez sí se sentía a la altura de sus sueños. Y se dedicaron a disfrutar.

  
 AMOR PATRIÓTICO (Mayo)

En el día de la Patria le hicimos un homenaje. Hicimos un amor patriótico, regional, artesanal. El hojaldre de las ropas se fue desgajando despaciosamente y quedaron las miguitas desparramadas por el suelo, por el sillón, por la mesa. Los dedos morosos formaron con unción el repulgue, rozando, apretando, hundiendo. Al calor de brasas de los abrazos, el amor se fue dorando. Y fue morder el relleno dulce, derritiéndose en la boca y saborear el almíbar, sorbiendo para no dejar escapar ni una pizca de dulzor, y la lengua buscando huecos en la masa, los dedos palpando, tentando.
El hambre se sació por un rato para volver a clavarse con avidez, pidiendo dulce y violentamente ser nuevamente apagado.
En el día de la Patria, nos hicimos el homenaje.




AMOR RELIGIOSO (Junio)

Por cada beso te bendije. Mientras tus dedos me buscaban y tu boca me encontraba, “yo te bendigo” eran las palabras que mentalmente te decía. Me sentí envuelta en un baño de bendiciones, emergí del agua bendita con que me bautizaste amándome.
Si Dios existe y es inconmensurable, está en nuestros cuerpos enredados, es el placer inagotable que nos transporta. Y si no existe, lo creamos a nuestra imagen y semejanza cada vez que hacemos, divinamente, el amor.
















1 comentario:

  1. Me encantaría encontrar los comentarios firmados...¿por qué largarlos solitos como Anónimo? Vamos, valientes onanistas, firmen sus dichos...Pero a quien quiera publicar textos eróticos en su estilo (no en el mío), adelante, publíquelos en su espacio propio! Gracias a todos!

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