Cómo hacerte saber (que no lo escribió) Mario
Benedetti
Hace unos años un contacto de Facebook publicó
un pseudo poema atribuido a Mario Benedetti, poeta uruguayo al que, leyendo un
poco, se le conoce su estilo desenfadado, a veces cínico, otras veces tierno,
pero nunca berreta. Por discreción, a esa señora le mandé un mensaje privado
(para no arruinar su publicación ni invadir su “muro”) diciéndole con la mayor
delicadeza posible, e intentando no ser pedante, que ese texto nunca podría
haber sido escrito por el gran poeta uruguayo. Como respuesta, la muy imbécil –se
debe pronunciar imbécil acentuando y prolongando la letra E para enfatizar el
desprecio y la indignación- me eliminó de sus contactos y me bloqueó. Perdí la
batalla. Hoy veo que proliferan grupos con nombres tales como “Benedetti.
Frases y poemas”, “Frases y reflexiones de Mario Benedetti”, entre otros,
dedicados a difundir esos textos que vaya a saber quién escribió pero siente
vergüenza de firmar, entonces se los achaca al pobre viejo finado. Y lo peor es
que hay toda una caterva de imbéciles (pronunciar como ya se dijo) que no se
toman el trabajo de verificar la autoría del texto en cuestión, y replican “compartiendo”
en sus muros, y encima dicen “les comparto”. Incluidos estudiantes de Letras.
Otro tanto sucede con Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y José Saramago, por ejemplo. Con Borges lo intentaron, circuló mucho tiempo una berretada que hablaba de no lavarse los dientes y andar descalzo para “haber sido” más feliz, pero ya es imposible seguir engañando a incautos.
Hace muchos años, cuando Gabriel García Márquez
vivía aun, le preguntaron en un reportaje por un panfleto propio de la
literatura de autoayuda que circulaba con su firma, y respondió que si él
hubiera escrito tal cosa se moriría de la vergüenza.
A Saramago, que fue un ateo militante hasta los
casi 90 años en que murió, le atribuyen un escrito que afirma que los hijos son
propiedad de Dios, o algo por el estilo. Por suerte la Fundación José Saramago
salió a aclararlo.
Me pregunto si no hay elementos legales para
demandar a estos delincuentes cibernéticos que se dedican a esta actividad tan
denigrante. Si yo fuera heredera de Mario Benedetti no les daría tregua. Y a quienes
replican y difunden así, alegremente, déjenme decirles, de parte de don Mario:
Váyanse a la mierda.