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lunes, 20 de marzo de 2017

AY, LEÓN, QUÉ ASTILLA NOS CLAVASTE...

DE TAL PALO, TAL ASTILLA.

Se trata de un refrán popular muy utilizado, que puede aplicarse tanto de manera positiva como negativa. El palo es una metáfora del padre, la astilla lo es del hijo. Así, si una persona se destaca por sus cualidades, por ejemplo, un buen médico, y su hijo abraza la misma profesión y demuestra ser igualmente bueno, las personas suelen decir: “De tal palo, tal astilla”. Es una fórmula que también puede verificarse en el caso de un delincuente cuyo hijo roba un banco y va preso; una opinión basada en la sabiduría popular, igualmente se fundamentará en este refrán, como afirmando que hay un determinismo genético en las conductas de las personas, que no pueden hacer otra cosa que repetir las de sus progenitores. Sin embargo, no hay razones científicas que avalen este tipo de pensamiento. Hay casos de personajes conocidos que lo pueden demostrar, como por ejemplo, el de dos filósofos argentinos, padre e hijo: León y Alejandro Rozitchner. El primero, fallecido en 2011 a los 87 años, fue un destacado intelectual (filósofo y psicoanalista), formado en la universidad La Sorbona de París, donde tuvo como profesor, entre otros, a Claude Levi-Strauss. En 2004 obtuvo el Diploma al Mérito otorgado por la Fundación Konex, por su extensa obra que consta de numerosos libros y artículos en publicaciones especializadas, diarios y revistas. Fue un hombre de izquierda, consecuente con su pensamiento hasta el fin de sus días. Uno de sus libros, El terror y la gracia, da cuenta de su posición crítica hacia los regímenes totalitarios como el que se instauró de facto en Argentina entre 1976 y 1983.

Alejandro es licenciado en Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, durante el exilio junto a su padre, León. Se vinculó con los medios radial y televisivo, con figuras como Mario Pergolini, con quien escribió un “manual de supervivencia para el estudiante secundario”. También ha escrito novelas, pero se lo conoce por su participación en programas de televisión junto a definidos exponentes de la derecha argentina como Mariano Grondona (periodista e ideólogo de la dictadura cívico militar y eclesiástica), y por sus artículos periodísticos publicados en el diario La Nación. Fue funcionario del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Mauricio Macri, y cuando este asumió como presidente pasó a ser su asesor. Su especialidad son los temas “motivacionales” y se dedica a dar cursos para funcionarios y para la comunidad en general, sobre “entusiasmo y alegría”. Se identifica expresamente con el pensamiento de derecha y se manifiesta a través de las redes sociales con expresiones xenófobas y de índole fascista, con lo que pareciera muy preocupado por diferenciarse de su padre.
Este caso, si de refranes se trata, podría contra argumentarse con uno, también muy conocido que reza: “No hay peor astilla que la del mismo palo”.

Laura Aliaga - Octubre 2016




miércoles, 15 de marzo de 2017

POESÍA... ¿POESÍA?

Con este poema entro al Parnaso. Y me gano unas cuantas antipatías.

LISTA
Pensaba escribir un poema
Pero debo hacer
La lista del supermercado
Y como va un renglón debajo
De otro (u otros)
Tal vez mate dos pájaros
De un solo tiro, aunque
Yo soy pacifista.
Arroz, aceite, arvejas
Algodón suave, blanco
Como las sábanas blancas de algodón,
Jabón de lavar sábanas,
Jabón líquido, suavizante,
Detergente para los platos, lavandina
Que desinfecta, mata gérmenes, que
Como soy pacifista, es lo único
Que mato.
Fideos para sopa, espaguetis, coditos;
Cabellos de ángel no,
No me gustan los cabellos en la sopa.
Lentejas, garbanzos, frijoles negros
(Antes los llamaba porotos,
Pero cierto roce con gente cubana
Me hizo adoptar frijoles,
Es más sonora, musical, frijoles que porotos,
Porotos suena feo, tiene reminiscencias
Escatológicas…)
Galletitas, mermeladas,
Manteca, queso crema,
Yogur, quesos varios para comer,
Más o menos duros,
Más o menos caros.
Vinagre, vino tinto, yerba mate,
Café, té, leche, líquida y en polvo.
Cubitos de verdura, harina.
Qué bueno esto de escribir
Un renglón debajo de otro y creer
Que es poesía. Rima, ¿para qué?
Métrica, ¿para qué? Esas antigüedades…
Eran cosas de Quevedo, de Sor Juana,
Neruda, Rubén Darío, Carilda Oliver,
Borges, ¿hay poesía mejor? No,
Pero hay licencia para escribir
Una lista de supermercado y decir
Es poesía, y leerla ante un público
Acrítico, que pone cara de qué maravilla,
Aunque muchos por dentro se preguntan,
¿Esto a qué hora termina?
Luego del recital de pseudo poesía
La gente se va y no recuerda nada,
A lo sumo, palabras sueltas,
Sucesión de imágenes, ni una sola idea,
Coherencia, filosofía, nada,
Sólo colores, formas, recuerdos
De una infancia, la del pseudo poeta,
Que sólo tienen significado para él
O ella, pseudo
poeta o poetisa, aunque
Poetisa está devaluado.
La nada misma, eso sí, editada.
Menos mal que están muertos,
Guillén, Benedetti, Alfonsina,
Idea (¡Ja!) Vilariño, Miguel Hernández,
Federico. Se volverían a morir
Leyendo listas de supermercado.
Papel higiénico, rollos de cocina,
Pañuelos descartables,
Poemas descartables.
Y fósforos, muchos fósforos.

Laura Aliaga

14/3/2017